ITINERARIO: Camino La Chana – La Majal – Las Portás – Río Cabriel.
Vacaciones Agosto, año 2004.
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Casa Almajal |
Tenía pensado hacer una ruta larga, como por ejemplo esta del Rio Cabriel, y hoy era el día adecuado. Me preparé mi mochila de viaje con lo suficiente para comer y beber a mediodía: una torta – no recuerdo de qué- del horno de Juan Descalzo, y poco más. Era la primera vez que hacía una ruta de estas características. Hasta el espléndido paraje de La Majal – también llamado Almajal, según cartografía catastral – todo era conocido, pues en no pocas ocasiones habíamos realizado, con anterioridad, excursiones por estos y otros cercanos lugares. El camino hacia Las Portás, era nuevo para mí. No obstante, al llegar al campo de oliveras, y como digo, era la primera vez que caminaba por estos campos, no estando seguro de la dirección a tomar, ya que el camino se divide en dos, tomé el recto y no el de la izquierda, que es el que te lleva a las referidas Portás.
No tuve ningún problema, solo tenía que seguir el camino. No es que fuera preocupado, pero si me invadía un poco de inquietud: esa parte del camino era un tanto estrecha y angosta –parecía un desfiladero-; pero, sin el más mínimo inconveniente, llegué a las casas, algunas en malas condiciones: viejas, semiderruidas, y enseguida al río. Anduve un rato por el camino que serpentea el cauce, observé las labores de poda de un campo de olmos, y al mediodía, muy cerca de la ribera del río, me senté para dar cuenta del almuerzo/comida que había llevado.
Después, me tumbé sobre la maleza con el fin de descansar unos minutos a la sombra y al frescor de las aguas que corrían tranquilas por esa parte del Cabriel. Como, en realidad, no se estaba muy cómodo, consulté el reloj, y como estaba seguro que el camino de regreso se iba a hacer más largo, inicié la marcha de vuelta. Para ello, y dado que me acordaba – en mi juventud estuve algunos días labrando por esa zona – tomé el camino de regreso por una casa rural, que me habría de conducir al paraje de Las Portás. Estuve unos minutos observando la panorámica, y después, y ya sin paro alguno, regresé de vuelta al Pueblo. Desde luego fue una experiencia fantástica. Por supuesto la recomiendo. Tiempo: Ida 1 h. 30 m. Vuelta 2 horas.
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