UNA RUTA MÁS -> El Horno de Cal



UNA RUTA MÁS, QUE NO FUE TAL.

Cómo encontré  el  Horno De Cal


In memórian: Antonio Royo

            Era un día más de caminata, como tantos otros días a lo largo de aquél verano, y otros anteriores. El recorrido lo había programado el día anterior. Aunque mis itinerarios previos, siempre son en modo borrador. Es decir, puede haber variaciones sobre la marcha (nunca mejor dicho).
Como el recorrido absoluto iba a sobrepasar los 20 kms., adopté un sistema de ruta mixta. Había, por lo tanto, que utilizar, también, el coche. Carretera de Villatoya, actual y oficialmente denominada AB-205. Aunque esto no es relevante, conviene que utilicemos los términos más adecuados para referirnos a los lugares de los que hablamos.
Aparqué el vehículo cerca del camino de Los Cendreros, en un cruce próximo a la carretera, al resguardo del sol, a la sombra de los pinos. Cogí los enseres inherentes a cualquier senderista, e inicié la Ruta. En principio, no transitaría ningún camino. Sólo tenía que orientarme al Norte, y atravesar, primero una viña, y poco después un espeso monte de pinos, -siempre en línea recta-. Con luz natural, no es nada difícil, otra cosa es hacerlo con niebla (en otro momento, os puedo contar esa aventura). La salida del tupido monte, se abre a un mar de tierra llana –me encuentro, ahora, en el paraje “Las Muelas”-. Continúo un tramo más en la misma dirección hasta alcanzar el Camino Principal que tiene el mismo nombre que el propio paraje. Ahora, el andar se hace más cómodo. Aunque, enseguida alcanzo mi primer objetivo: La Torre Vigía de los bomberos. Vistas espectaculares se divisan desde este enclave privilegiado para observar la naturaleza paisajística. Justo enfrente, al Norte, Villatoya. A mi derecha, mirando al Noreste, Cilanco y Tetuán. La visión es muy grata, pero no puedo detener más tiempo mi ruta.
Cuando me dispongo a regresar al Camino Principal, observo que desde la misma explanada del puesto de vigilancia forestal, se distinguen unas marcas, ya disipadas, pero suficientemente claras, de un viejo camino (ahora parece más una senda), que me llama la atención. Se iba a producir un punto de inflexión en mi planeada ruta. El camino me invita a adentrarme en él y explorarlo. A los pocos metros ya estoy inmerso en un mar de pinos. Voy en dirección Este. A mi izquierda, aparece un pequeño claro, por el que me asomo, y puedo distinguir la localidad de Villatoya. A mi derecha, un barranco. El camino/senda, va paralelo a él. No veo nada claro a dónde me puede llevar esta ruta secundaria. Cuando apenas he transitado unos 300 metros, observo o intuyo que la orientación de la marcha –siempre entre pinos- se va dirigiendo hacia mi izquierda. Si continúo por aquí, puede que termine en Cilanco.    No puedo seguir. He de dar la vuelta. Detengo, pues, la marcha, y compruebo mi situación. Miro en derredor. Un reflejo blanquecino vislumbro dirección Sur, al otro lado del barranco. Sin duda es el Camino  Principal (camino de Las Muelas hacia Peluchón) Como tantas otras veces, no lo dudo, entre regresar camino/senda arriba, y cruzar “a ciegas”, el citado barranco, opto por esta segunda opción. La bajada es un tanto abrupta, y el monte está muy sucio y lleno de matorral que dificulta el paso. Cuando estoy a escasos metros de alcanzar el fondo del barranco, luchando por apartar las ramas secas de los árboles, se produce un hecho, que supondría un descubrimiento inesperado. A ras de suelo, una pequeña construcción de piedra, perfectamente circular, aparece ante mis ojos, que no dan crédito. Durante unos minutos, la examino con esmerado cuidado y atención. Nunca había visto nada parecido. 




Al regresar al pueblo, comento el descubrimiento con varios paisanos. Fue Antonio Sánchez “El Cholo”, el que me proporcionó la respuesta adecuada: “Se trata de un  Horno de Cal”. Pocos mejor que él lo podrían saber, ya que sus primos habían sido yeseros. Paralelamente, yo mismo hice investigaciones en Internet, y descubrí, en varias  páginas web, el mismo tipo de construcción.
Algunas semanas después, concretamente el último día de agosto de 2016, este mismo viaje, con idéntico recorrido, lo hice junto a Antonio Royo, y Agustín Gurruchaga.
            Quiero dedicar este relato a la memoria, siempre presente, de mi buen amigo Antonio.

Casas de ves, junio de 2020.
Miguel Valiente Belmonte


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UNA RUTA MÁS -> El Horno de Cal UNA RUTA MÁS -> El Horno de Cal Reviewed by Miguel Valiente Belmonte on junio 03, 2020 Rating: 5

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